MARINERA NORTEÑA
Un Poco de Historia.
En la década
de los cincuenta del siglo pasado, mientras se producían los primeros e
importantes flujos migratorios desde los sectores rurales hacia los sectores
urbanos, en los poblados próximos a las capitales de los departamentos del
norte peruano se organizaban concursos de marinera norteña dentro del conjunto
de actividades programadas para la fiesta religiosa del año.
En 1956
resultó electo Manuel Prado como nuevo Presidente del Perú en unas elecciones
generales en las que recibió el apoyo electoral del partido aprista peruano; el
partido político mas sólidamente constituido en organización, ideología y
disciplina y perseguido por mas de dos décadas por los sectores conservadores
del país tendía la mano a uno de sus viejos enemigos. La
"convivencia" implicó la excarcelación de muchos de sus militantes y
el cese en la persecución a muchos otros, entre ellos a su jefe y candidato
"natural" a la presidencia: Haya de la Torre. La lectura política de
este acontecimiento fue que el APRA superaba su último escollo para llegar al
poder; desde su fundación el partido del "sólido norte" y la
"estrella de cinco puntas" tuvo en la derecha, marcadamente
aristocrática, a un enemigo que juró impediría su acceso al poder acompañado
por el ejército como su "perro guardián" (expresión del ex-Presidente
Juan Velasco Alvarado, Jefe de la Junta Militar de Gobierno 1968-1975);
asesinatos, exilios, deportaciones de miles de sus militantes son testigos
ingratos de este periodo negro de nuestra historia.
Las nuevas circunstancias políticas hacían presumir que en las próximas elecciones generales de 1962, ¡por fin! Haya de la Torre y el APRA llegarían al poder.
Las nuevas circunstancias políticas hacían presumir que en las próximas elecciones generales de 1962, ¡por fin! Haya de la Torre y el APRA llegarían al poder.
Por otro lado, en términos económicos y tecnológicos, se estaba produciendo una lenta transformación hacia la modernización de nuestras estructuras productivas nacionales en las que la vieja aristocracia nativa cedía el paso a una naciente burguesía (periodo de nuestra historia que comienza en el gobierno de Augusto B. Leguía, 1919-1930); y los nuevos sectores económicos emergentes preferían enrolarse en partidos políticos modernos, progresistas, antes que aliarse con los conservadores de antaño.
Los líderes
apristas, al ser cancelada su persecución y sin participación directa en el
ejecutivo, se dedicaron a reorganizar su partido y preparar el camino para el
retorno de su jefe, esta vez no sólo al país sino también a palacio de
gobierno; así, se idearon creativos mecanismos para tender puentes hacia los
sectores populares mas allá de los de la militancia política.
Inspirados
en los concursos de marinera norteña organizados en los pueblitos aledaños a
Trujillo, el club Libertad que concentraba al grueso y emergente sector burgués
de la capital liberteña, dio el visto bueno a la organización del primer
concurso regional de marinera a realizarse en sus propias instalaciones. 1960 es
el año en el que las esposas de los directivos del club se encargan de
materializar sus propuestas.
La
convocatoria al concurso es amplia, pero para que los de los sectores populares
no se junten con los de alcurnia dividen a los concursantes en dos categorías:
marinera de salón y marinera de jarana. Mientras la primera categoría hace
referencia directa a gente de gusto refinado, la segunda en términos más
etéreos identifica o clasifica a los sectores populares; por cierto que los
participantes son todos adultos.
En estos
años iniciales los organizadores del concurso para la categoría de marinera de
salón hacen las invitaciones en forma directa a sus pares provinciales y
departamentales de todo el país e incluyen todos los gastos pagados, los
sectores populares son convocados por el diario y emisoras locales. Es visible
la intención de querer potenciar sus alianzas con las diferentes elites
económicas del país, al margen de su naturaleza económica, política o social; y
para lograrlo utilizan el lenguaje artístico como herramienta de
intermediación.
Hago notar
que los organizadores del concurso de marinera es el mismo grupo que en
aquellos años fundó la banca regional del norte; quiero decir que paralelo al
visto bueno para permitir que una expresión cultural de clara extracción
popular circule por los salones de la encopetada sociedad trujillana estaba en
plena realización un proyecto de corte económico que pretendía darle
características nacionales al capital de un sector regional y un proyecto
político para acceder al poder dentro del partido político potencialmente más
próximo a lograrlo.
El concurso
fue un éxito, y los organizadores hasta el día de hoy no se explican como lo
lograron, a los pocos años las instalaciones del club ya eran muy pequeñas para
albergar al cada vez mayor número de concursantes, mientras progresivamente se
incrementaban las categorías para seleccionar a los bailarines; primero se
eliminaron las categorías por diferenciación económica, luego se implementó la
categoría infantil, en la actualidad participan bailarines a partir de los seis
años de edad hasta el abuelito mas avezado; y el concurso se realiza en las
instalaciones del coliseo cerrado Gran Chimú con capacidad para 12,000
espectadores.
Este año
2003, cuando el Club Libertad se apresta a organizar el concurso número 43, ya
desde el sétimo concurso con la denominación de nacional, para el Club es la
actividad central del año. Es el mismo presidente del club que va de academia
(denominación que se le da al lugar donde se imparte la enseñanza de la
marinera) en academia haciendo la invitación respectiva, organizando la
conferencia de prensa y asistiendo a cuanto evento sea posible para promocionar
el concurso.
En cinco
días de concurso, con un promedio de 800 parejas de baile seleccionadas en
función a la edad en seis categorías, teniendo como invitados a diplomáticos de
diversas nacionalidades, a ministros de estado, a intelectuales y artistas de
reputación internacional, a militares del más alto rango, a la prensa
extranjera y nacional, etc. Trujillo vive su segunda fiesta más importante del
año (la otra fiesta es el festival de la primavera) con importante flujo
turístico interno y externo. El club programa actividades paralelas al evento
para atender a sus invitados: exposiciones de pintura, degustación de platos típicos,
exhibición de caballos de paso, exhibición de artesanías, circuitos turísticos,
entre otras actividades. El club reserva una noche de sus días de concurso para
realizar la fiesta del perol en la que con un riguroso traje de etiqueta blanca
departe con los más selectos invitados cuyo número central es la exhibición de
baile a cargo de los campeones de marinera de mayor reputación.
El concurso
de marinera que para los organizadores del primero de ellos sólo fue, además,
una distracción para las esposas de los directivos del club se ha convertido
hoy en la actividad que le ha permitido al Club subsistir económicamente por
los ingresos que le reporta; la alicaída economía de los sectores formales en
el Perú, para el caso de Trujillo, recibe el paraguas protector de una
actividad cultural estrictamente popular en su creación y se prende de ella
porque le proporciona su carta de ciudadanía, su carta de presentación, le
aporta el recurso ideológico para hacer sentir su presencia en los diferentes
sectores de la sociedad nacional, y sobre todo la organización del concurso le
reporta ingresos al club como para cubrir sus costos operativos anuales.
Su símil en Piura, el Club Grau intentó reproducir la idea organizando por varios años el concurso nacional de Tondero, pero no lo logró en la misma dimensión y trascendencia que lo logró el club Libertad de Trujillo, y desde hace dos años el club piurano ha sido declarado en insolvencia económica y ha cerrado sus instalaciones.
Su símil en Piura, el Club Grau intentó reproducir la idea organizando por varios años el concurso nacional de Tondero, pero no lo logró en la misma dimensión y trascendencia que lo logró el club Libertad de Trujillo, y desde hace dos años el club piurano ha sido declarado en insolvencia económica y ha cerrado sus instalaciones.
DEFINICION
La marinera Norteña es jacarandoza, ferviente, vibrante, de ritmo alegre, presenta
mayor libertad en sus figuras coreográficas, tiene una estrecha relación con el
tondero, no tanto por su mensaje amoroso ni por su forma, sino por el fondo que
es el mismo. Es un baile de pareja suelta, de espacio bajo y picaresco, cuyo
adorno principal es el pañuelo. Sin él no hay marinera, así nació y perdura en
el tiempo.
Buena información, muchas gracias.
ResponderEliminar